Resucito lo que el mundo da por muerto.

Tres gotas de sangre caen desde arriba, simbolizando hemorragia o pérdida de sangre.

Cada obra nace de algo que ya fue: madera rota, lienzos olvidados, objetos que alguien tiró pensando que no servían.

Los rescato, los restauro y los convierto en superficie viva. Pinto a mano, sin moldes ni repeticiones, con pigmentos, tinta y paciencia.

Aquí todo está hecho con materiales reciclados, recuperados y dignificados.

Porque el arte también puede ser una forma de revancha contra el desperdicio, y cada pieza es una segunda oportunidad que se niega a morir.